Ir al contenido principal

Entradas

Destacado

1. Mi hija se desmaya

"La niña enferma" de Edvard Munch (1885 - 86) En 2005 me convertí en madre por  primera vez de una niña que siempre estaba feliz, corría sin parar, brincaba por todos lados, tenía una energía inagotable. Natalia era tan inquieta que en las noches que se dormía yo buscaba discretamente si venía con alguna clase de interruptor para apagarla a una hora prudente porque a las 11 de la noche ella seguía en su cuna dando patadas al aire con los ojos abiertos y yo me sentía extenuada. Un buen día en medio de sus saltos acrobáticos y sus días intensos comenzó a desmayarse sin motivo alguno; así nada más, sin estar enferma, sin haber subido el Everest, así de pronto, en medio de un restaurante, en un día de campo o en una tienda. Súbitamente se ponía pálida y comenzaba a desvanecerse. Ese mal mayor llamado evasión me llevó las primeras veces a pensar que era cansancio, o el cambio de altitud o que no desayunaba nunca bien. Recordaba su platito con fruta abandonado en

Últimas entradas

11. Viajar con disautonomía

10. Una cucharada a la vez

9. Problemas simpáticos

8. Y llegaron los medicamentos

7. En modo turquesa

6. Silencio doloroso

5. Algunos números sobre la disautonomía

4. La cura de la disautonomía

3. Qué es la disautonomía

2. El niño con síncope